Las intervenciones telefónicas a los dirigentes del 1-O confirman que el exconsejero de Sanidad, huido a Bélgica, gestionó la búsqueda de locales electorales para asegurarse el éxito de la consulta
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El exconsejero de Salud de la Generalitat Toni Comín, en una imagen de archivo. (EFE) |
Las intervenciones telefónicas a los responsables del 1-O confirman la implicación del exconsejero de Salud Toni Comín —uno de los cuatro huidos del Govern que acompañan a Carles Puigdemont
en Bélgica— en las gestiones para conseguir que los ayuntamientos
cedieran locales para la celebración del referéndum. También revelan
tensiones en la cúpula del Ejecutivo autonómico para cerrar los detalles
de la convocatoria y ratifican que los altos cargos involucrados en la
consulta utilizaron “tácticas propias de la delincuencia organizada” para eludir la acción de la Justicia y de las Fuerzas de Seguridad del Estado, como ya ha apuntado la Guardia Civil en uno de sus informes.
La primera en la que participa Comín se produjo el 1 de septiembre. El exconsejero telefoneó a las 16:22 al ex secretario general de Vicepresidencia Josep Maria Jové, mano derecha de Oriol Junqueras
y considerado por los investigadores uno de los cerebros del 'procés'.
Comín quería comprobar que la información que él tenía sobre los locales
del Ayuntamiento de Barcelona que debían emplearse
para el 1-O era la misma que manejaba Jové. “Josep Maria, hostia, menos
mal. Escucha… ¿me atiendes? Dos minutos, que tengo una cosa muy
importante... Todo críptico, ¿eh?, evidentemente”. “Sí, sí”, asintió Jové, evidenciando el temor a que la conversación pudiera ser escuchada.
Según se desprende del diálogo que mantuvieron, el exconsejero de Salud
tenía en ese momento un listado con "el 50%” del total, que suponía 131
inmuebles en la ciudad de Barcelona. Sin embargo, una mujer no
identificada con la que había chequeado esa información le había dicho
que el 50% solo eran 65 locales. “De verdad, Jové, esto hay que hablarlo
que es superimportante”, le pidió Comín a su interlocutor tras varios
minutos de confusión, número arriba, número abajo. “Lo que te digo es
que he descubierto una lista de 65 que deduzco que es el plan B del 30%.
Es una deducción mía y te llamo para si lo puedes confirmar. Si eso es
correcto o no”. Jové respondió citando a Comín para tratar de
solucionarlo: “A las seis en mi despacho. Hasta ahora. Adiós”.
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Una segunda llamada de interés fue detectada ese mismo 1 de septiembre
solo dos horas después de la primera, a las 18:30. Jové llama a Comín y
le ordena que se acerque al Palau para celebrar una reunión de
coordinación. “Yo voy al Palau, que ya he hablado con la gente de allá.
Será muy breve. Si quieres venir ven, si no, no”, dijo tajante Jové. El
exconsejero no estaba convencido, pero el exsecretario de
Vicepresidencia hizo valer su jerarquía. “Escucha. Tengo 50 cosas por el
medio y eso que está pasando no se entiende. Por tanto, yo he pedido a la 'consellera' vernos el lunes para que su gente tenga que hablar con la mía...”, replicó Jové. “Vete al Palau, vete al Palau”,
zanjó. En ese encuentro, según la Guardia Civil, se pactó qué
argumentos iba a utilizar el Govern para negociar con el Ayuntamiento de
Barcelona la cesión de espacios municipales para el 1-O.
La tercera llamada de
interés en la que participó Comín se produjo el 13 de septiembre, a las
16:42. Su interlocutor fue nuevamente Jové. El exconsejero de Salud le
pidió que para poder cerrar la lista definitiva de locales necesitaba un
“objeto físico”. “Nosotros estamos en una estrategia de riesgo cero… No
cerramos la lista hasta que tengamos el objeto, el objeto físico”. La
Guardia Civil no ha sido capaz de averiguar a qué se refería exactamente
Comín cuando habla de un objeto. Probablemente, se trataba de algún
tipo de documento, porque el exdirigente, antiguo militante del PSC,
también habló de “plazos de impresión”. En todo caso, a
Jové le pareció que, a solo dos semanas de la consulta, el exconsejero
estaba pidiendo demasiado y elevó el tono. “Imposible, es imposible”,
respondió Jové. “Si quieres te lo explico, pero por aquí no te lo voy a explicar”, mostrando de nuevo las precauciones que tomaron los altos cargos del Govern para tratar información sensible por teléfono.
En ese momento, Comín preguntó a Jové si había “hablado con Oriol Soler sobre eso”.
Se refería al empresario de la comunicación cercano a ERC que manejó la
propaganda del 'procés'. El exsecretario de Vicepresidencia explotó por
la indiscreción de Comín: “Venga, di más nombres”.
Jové decidió terminar con la conversación: “Escucha, yo he dicho ya una
cosa y... por tanto, si hay alguna información que me digan y ya está.
No puedo hacer más. (…) Eso se ha de hacer. Habla con ella, habla”.
“Vale. Hablo con ella y después si hay alguna medida… ¿estás localizable
en algún momento o en algún lugar?”, preguntó Comín. “Sí, llegaré a
casa a las seis”, contestó Jové. Después se despidieron.
Los investigadores
mencionan estas conversaciones en un informe del pasado 31 de enero que
ya está incorporado al sumario de la operación Anubis sobre los
preparativos del 1-O, dirigido por el Juzgado de Instrucción número 13 de Barcelona. La Guardia Civil concluye que las llamadas demuestran que Jové "gestionó los locales que servirían de colegios electorales y lo hizo directamente con Toni Comín,
entonces consejero de Salud". Gracias a los descuidos de Comín y a
otras intervenciones, los agentes de la Policía Judicial consideran
igualmente acreditado que "de esas gestiones se daba cuenta
inmediatamente a Oriol Junqueras, Jordi Turull [entonces consejero de Presidencia] y Marta Rovira [secretaria general de ERC y, en ese momento, portavoz de Junts pel Sí en el Parlament]".
Asimismo,
las conversaciones de Comín y Jové refuerzan la tesis de la Guardia
Civil de que los altos cargos de la Generalitat involucrados en los
planes de desconexión unilateral con el resto de España actuaron "con
tácticas propias de la delincuencia organizada". Por ejemplo, los
investigadores subrayan el hecho de que evitaran mencionar los nombres
de terceros y que emplearan "un lenguaje convenido".
Por estos motivos, los agentes sospechan que los dirigentes del 'procés'
pudieron ser asesorados por algunos 'mossos' para proteger la
organización del referéndum. "Esto vendría a demostrar un cierto grado
de conocimiento de las técnicas policiales de investigación, por lo que no es descartable que dispusiesen de asesoramiento en esta materia".
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