Los agentes localizaron a un delincuente con orden de búsqueda y cuando iban a detenerlo, siete vecinos les propinaron patadas y puñetazos, además de romper los cristales de su vehículo
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Estado en el que quedó el vehículo de la Guardia Civil en un ataque en Bujalance. |
AUGC “valora muy positivamente la sentencia” condenatoria que, para seis de los acusados señala un agravante de empleo de objeto peligroso, además de delitos de daños y de lesiones y un delito de conducción temeraria. Además, deberán indemnizar a los guardias civiles agredidos con más de 6.000 euros por las lesiones sufridas.
Los hechos tuvieron lugar durante la madrugada del 11 de septiembre de 2016, cuando dos agentes del Puesto de Bujalance detectaron la presencia de un delincuente sobre el que pesaba una orden de búsqueda, detención e ingreso en prisión, el cual emprendió la huida en un vehículo conducido por otra persona. Cuando los guardias civiles consiguieron darle alcance y procedían a su detención, ya en el interior de la conocida calle Ronda Sur, fueron agredidos por numerosos vecinos, propinándoles patadas y puñetazos por todo el cuerpo, e incluso intentaron arrebatar el arma reglamentaria a uno de los agentes, al cual arrojaron por la escalera de las viviendas, hasta que consiguieron impedir la detención del delincuente, que huyó.
Para no sufrir mayores daños los guardias civiles se vieron obligados a marcharse del lugar, momento en el que los agresores les apedrearon rompiendo los cristales del vehículo policial. Cuando los agentes ya habían conseguido separarse a cierta distancia para poder solicitar el apoyo de otras patrullas, uno de los agresores se acercó a ellos amenazándoles diciendo: “Esa pistola que tienes ahí algún día la voy a utilizar contra vosotros… vamos a tener que sacar las escopetas”, recuerdan desde AUGC.
La asociación de guardias civiles lleva años denunciando que Bujalance es, junto a Puente Genil, la localidad de esta provincia que registra más agresiones a guardias civiles, y reclamando que se adopten las medidas necesarias para atajar una situación tan preocupante, empezando sobre todo por un incremento considerable de la plantilla y la dotación de los medios materiales necesarios. Sin embargo, el Ministerio del Interior y la Dirección General de la Guardia Civil “hacen oídos sordos a dichas reclamaciones y en las convocatorias de vacantes publicadas durante el último año ningún refuerzo ha llegado al Puesto de Bujalance”, advierten.
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