El año pasado una chica de Elche ya cayó en su trampa y desde entonces sus padres no la han vuelto a ver
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Félix Steven Manrique) junto a la joven española captada, Patricia Aguilar|
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Félix Steven Manrique, más conocido como el Príncipe Gurdjieff, es un ciudadano peruano que podría estar actuando en España para captar chicas para su harén. Busca principalmente menores de edad fáciles de manipular.
El pasado año 2017 ya consiguió captar a una joven de Elche, Patricia Aguilar Poveda, quien viajó con él hasta Perú tras haberse sumergido en la secta gnóstica de la que él mismo se declara divinidad.
Actualmente la Policía alerta de los hechos y asegura que se están investigando los movimientos de Félix Steven, según publica ‘El Español’. De momento se ha descubierto que lo que hace con tal de captar a las chicas es utilizar las redes sociales.
En ellas entra en contacto con las jóvenes que le parecen que mejor podrán ser manipuladas, una vez hecho esto, establece una relación con ellas, charlan, él les ofrece ayuda antes sus problemas y finalmente consigue captarlas.
Con tal de conseguir que se unan a él responde a todas las preguntas que tienen sobre la vida y les dice que él solucionará sus problemas. Si es necesario, y habitualmente, se inventa teorías que las chicas acaban por creer. Mezcla todo tipo de elementos religiosos con otro tipo de misticismo.
Hace a las chicas superar una serie de pruebas a partir de las cuales podrán entrar en su harén y serán llamadas por el «esposas». La Ertzaintza detectó recientemente que una menor de Guipuzcoa estaba realizando tales pruebas.
Patricia Aguilar cayó en la trampa del Principe Gurdjieff, el siete de enero del año pasado cogió un avión rumbo a Perú y desde entonces sus padres no han vuelto a verla. Con tan solo 18 años, y tras haber perdido dos años antes a un ser muy querido, su tío de 29 años, fue directa hacía Félix Steven, llevándose con ella 6.000 euros de la empresa de sus padres.
La familia teme por su vida. «Desde el pasado mes de julio no tenemos noticias de ella, no sabemos cómo se encuentra. En esas fechas, alguien nos mandó una foto de Patricia frente al consulado español en Lima. Tenía unas ojeras tremendas y bajo el brazo tenía una barra de pan. ¡Se la habían comprado porque no tenía qué comer!», es lo que explica su padre.
El pasado año 2017 ya consiguió captar a una joven de Elche, Patricia Aguilar Poveda, quien viajó con él hasta Perú tras haberse sumergido en la secta gnóstica de la que él mismo se declara divinidad.
Las redes sociales como medio de acercamiento
Actualmente la Policía alerta de los hechos y asegura que se están investigando los movimientos de Félix Steven, según publica ‘El Español’. De momento se ha descubierto que lo que hace con tal de captar a las chicas es utilizar las redes sociales.
En ellas entra en contacto con las jóvenes que le parecen que mejor podrán ser manipuladas, una vez hecho esto, establece una relación con ellas, charlan, él les ofrece ayuda antes sus problemas y finalmente consigue captarlas.
Con tal de conseguir que se unan a él responde a todas las preguntas que tienen sobre la vida y les dice que él solucionará sus problemas. Si es necesario, y habitualmente, se inventa teorías que las chicas acaban por creer. Mezcla todo tipo de elementos religiosos con otro tipo de misticismo.
Hace a las chicas superar una serie de pruebas a partir de las cuales podrán entrar en su harén y serán llamadas por el «esposas». La Ertzaintza detectó recientemente que una menor de Guipuzcoa estaba realizando tales pruebas.
Patricia Aguilar, la joven de Elche captada por el Príncipe Gurdjieff
Patricia Aguilar cayó en la trampa del Principe Gurdjieff, el siete de enero del año pasado cogió un avión rumbo a Perú y desde entonces sus padres no han vuelto a verla. Con tan solo 18 años, y tras haber perdido dos años antes a un ser muy querido, su tío de 29 años, fue directa hacía Félix Steven, llevándose con ella 6.000 euros de la empresa de sus padres.
La familia teme por su vida. «Desde el pasado mes de julio no tenemos noticias de ella, no sabemos cómo se encuentra. En esas fechas, alguien nos mandó una foto de Patricia frente al consulado español en Lima. Tenía unas ojeras tremendas y bajo el brazo tenía una barra de pan. ¡Se la habían comprado porque no tenía qué comer!», es lo que explica su padre.
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