Los directivos consideran que ahora, para una empresa, ser catalana es “un lastre” en España
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Una manifestación en Barcelona en apoyo a los líderes políticos encarcelados, el pasado 3 de diciembre (Manu Fernandez / AP) |
Fernando Trias de Bes, economista y profesor de Esade, ha
realizado una encuesta a más de un centenar de directivos para medir el
impacto que está teniendo el proceso sobre la economía y las empresas en
Catalunya. Y entre las conclusiones, destaca que un 44% de los
directivos asegura que ha perdido clientes; un 56% ha notado un descenso
de ventas (que de media cuantifican en un 9,5%) entre octubre y
noviembre, y el 46% han paralizado de momento sus inversiones, mientras
que un 52% no han variado sus planes.
El 19% de empresarios reconocen sufrir boicot (un 12% las
pymes, un 33% las multinacionales), y que el 95% del boicot es por parte
de clientes de fuera de Catalunya. Los que han cambiado de sede ha sido
movidos por motivos jurídicos y de regulación más que comerciales.
El 19% sufre boicot
El informe se presentará esta tarde en un acto
organizado por Esade Alumni al que está previsto que asistan unas 300
personas. Con el nombre de Refem Empresa, Refem Catalunya, esta
iniciativa tiene su origen tres semanas atrás, cuando Trias de Bes
decidió recoger opiniones cualificadas sobre la situación real de las
empresas ante el “procés”.
El informe se ha realizado con las respuestas de 123
directivos (cuyas empresas suman 158.000 empleados) a un cuestionario
supervisado por el catedrático de Esade, Francesc Xavier Mena. Trias de
Bes asegura que estos directivos representan a empresas de todos los
sectores y de todos los tamaños; y se supone que también a todas las
sensibilidades políticas, porque directamente no se les ha preguntado:
“La iniciativa es puramente económica y empresarial”, asegura.
Peticiones a ambos lados
Trias de Bes quiso este martes hacer hincapié en
los resultados cualitativos del informe, puesto que los encuestados han
aportado sus peticiones tanto al Gobierno de España (que reconozca un
conflicto que ha pretendido minimizar; que demuestre mayor sensibilidad y
empatía por Catalunya; que incentive el retorno de sedes de empresas;
que evite humillaciones, busque el consenso y no la imposición) y
también al próximo govern de la Generalitat que surja de las elecciones
del 21-D (que sitúe el discurso político en un plano de realidad; que
realice un esfuerzo en reconstruir la imagen internacional de
estabilidad; que tenga una aproximación global de Catalunya pensando en
grande y sin mirarse el obligo; que cumpla la ley o la modifique, pero
no la incumpla). Los empresarios coinciden en que las empresas “no
pueden estar ni un segundo fuera de la UE”.
El “lastre” de ser catalana
De la encuesta se desprende también que los
directivos consideran que ahora, para una empresa, ser catalana es “un
lastre” en España. Y que el 48% cree que la situación ha afectado al
clima laboral de sus empresas, mientras que el 50% no se ha visto
afectado. En un 12% de casos, aseguran que el conflicto político ha
desembocado en al menos un despido o no renovación.
Ante la pregunta de qué harían en una situación de
unilateralidad (DUI), el 4% cerrarían la empresa, un 9% optarían por un
traslado total y un 29% por un traslado parcial; un 31% reducirían
inversiones, plantilla o ventas, mientras que un 22% “lo lucharía o
seguiría igual”.
La encuesta recoge perspectivas para el 2018: el 53%
de los directivos preguntados mantiene sus presupuestos, el 8% los ha
aumentado, el 25% reducido, y un 14% decidirá después de las elecciones.
El 42% de los directivos cree que el conflicto va a mejorar (el 50% que
seguirá igual, el 8% que empeorará), pero sólo un 1% cree que habrá una
evolución positiva del empleo, la inversión y las ventas. Trias de Bes
concluye: “la política se puede recomponer con rapidez, los negocios
no”.
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